miércoles, 15 de septiembre de 2010

Cataclismo político en América Latina deja a Chávez colgando de la brocha.






Primero fue Pepe Mujica, hombre de izquierda y hasta violento en su época. Dió un discurso inaugural como presidente de Uruguay lleno de equilibrio y, más tarde, pidió la eliminación de los ejércitos en el hemisferio. En esto siguió los pasos de Oscar Arias, quien había pedido lo mismo al dejar la presidencia de Costa Rica. Las elecciones de Piñera en Chile y de Santos en Colombia reforzaron la clara tendencia hacia la derecha ya instalada en Perú y en Panamá. La victoria de Lobos en Honduras terminó con las pretensiones de Zelaya de convertirse en un mini-me de Hugo Chávez. Las mayores sorpresas se han visto en países donde la izquierda ha reinado por medio siglo, como en Cuba, o acaba de ganar, como en El Salvador. En Cuba un colapso acelerado de la economía de la isla y un histórico recule ideológico de Fidel Castro le han sacado la alfombra de debajo de las botas al paracaidista venezolano. En efecto, Chávez y su pandilla habían insultado profusamente al Cardenal Venezolano Urosa, por haber dijo que el gobierno de Chávez tendía hacia el comunismo. Chávez lo llamó ignorante ya que su gobierno era “socialista”, no comunista. Fidel Castro, con o sin intención, declaró que socialismo y comunismo “es la misma cosa”, dejando a Chávez guindando de la brocha.
No pararía allí Castro. Criticó a Ahmadinejad por su anti-semitismo, el cual ha sido apoyado entusiastamente por Chávez, quien ha pedido a Dios (Alá) en reuniones públicas con Ahamdinejad la desaparición de Israél. Se arrepintió de haber insultado a los homosexuales asestándole una cachetada a Evo Morales quien había “advertido”a los bolivianos que comer pollo provocaba la homosexualidad.
La puntilla ideológica vendría hace pocos días, en una entrevista dada por Fidel Castro a un periodista estadounidense. En esa entrevista Castro dijo que “el modelo cubano no le servía ni siquiera a los Cubanos”. 50 años de sufrimiento, de opresión, de muertes y miserias se resumen en una frase, dicha mientras el carnicero se toma una copa de vino.
La última bofetada a Chávez se la acaba de aplicar el presidente de El Salvador, Mauricio Funes, quien no solo considera deseable la alternancia en el poder sino que le dice a Chávez directamente que la practique y no siga empeñado en implantar un socialismo del siglo XXI que “ni él mismo entiende de que se trata”. Funes destacó el gesto de Uribe de olvidar su re-elección y le pidió a Chávez hacer lo mismo.
Chávez se queda solo.
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