martes, 2 de marzo de 2010

Omar Molina Duarte y Enrique Hung

Id a la tierra en donde el alma tengo,
y decidle que vengo a reposar,
cansado caminante,
del hogar a la sombra un solo instante.

"Vuelta a la Patria"
José Antonio Pérez Bonalde.

Esta semana se nos van dos viejos amigos y ex- compañeros, uno de la universidad, otro del trabajo. Omar Molina Duarte fue mi compañero en la Universidad de Tulsa. Lo recuerdo siempre alegre, siempre sonriente. Compartimos la directiva de la Asociación de Estudiantes Extranjeros. En aquellos años había en Tulsa un grupo venezolano muy numeroso. Algunos, como Fernando Delón y Pepe Sahagún eran un poco mayores y hacían un postgrado. Estaban ya casados y los más jóvenes los veíamos con respeto. Omar andaba con Régulo Felizola, quien moriría años después en un accidente de aviación, piloteando su propio aparato en Guárico; con Jesús Cabello, Cabellito, quien ha pasado toda su excelente carrera profesional creando y manejando su empresa Puramin. Con Ricardo Guzmán, Peruano pero asimilado al grupo venezolano. Y con “Chuquito” Silva, primo de Alvaro si recuerdo bien. Omar era una persona muy extrovertida, muy sociable. En aquellos años también estaban en la universidad los hermanos Vivas, Edmundo y Virgilio; el “Pelón” Heredia, Miguél Fraíno, Pancho Carreño, Eleazar Niño, Alí López, David González, Leonardo Moleiro, Manuél Romero Martínez (mi “room mate” por algún tiempo), Belén Pérez, José Pereira, José Aparicio, Diógenes Madrid (Diogenito y su guitarra, compañero de parrandas), mi hermana Cristina, José Rendón, Ramón Rubio y muchos otros.
Muchos de estos compañeros han fallecido. También mi hermana. Y ahora veo con tristeza que Omar ha dicho adiós. Se lleva su alegría y su sonrisa y el recuerdo de sus amigos.
Enrique Hung fue mi compañero en Shell por largos años. Enrique era una de esas aves raras que llaman Petrofísicos, especialistas en analizar el comportamiento de los fluídos contenidos en la roca, la relación entre las propiedades de las rocas y sus fluídos. Son los reyes de la porosidad y de la permeabilidad, los oráculos de las salinidades, quienes leen los perfiles eléctricos para predecir el contenido de fluídos en las rocas y nos dicen a los geólogos si vale o no la pena probar un pozo recién perforado. Yo volaba en el helicóptero con mis registros o perfiles eléctricos del pozo recién perforado, no importa a que hora del día o de la noche y Enrique, u Ovidio Suárez o el gran maestro Miguél Fraíno, quien estuviera “de guardia”, nos daban su dictamen: seco (seco era sin hidrocarburos, con bastante agua salada) , petróleo, gas, dudoso, gran yacimiento probable (en base al espesor de la roca y a las características eléctricas que mostraba, resistividad, etc.). Un buen pozo era celebrado por todos alrededor de la mesa de trabajo. Un pozo seco nos acompañaba como una opresión en el pecho hasta que un nuevo pozo resultase exitoso.
Enrique fue mi compañero en decenas de pozos en el Lago de Maracaibo. Los pozos, como los niños, solían nacer de madrugada. Y nos sentíamos como padres y parteros, solos en la inmensidad del lago, su espesa oscuridad apenas iluminada por el relámpago del Catatumbo. Y nos sentíamos héroes, sabiendo que los venezolanos dormían, mientras nosotros encontrábamos el petróleo que el país necesitaba para seguir progresando (al menos, eso es lo que creíamos).
Enrique era callado, de suave sonrisa, tímido y tranquilo. Luego se convirtió en maestro de nuevos petrofísicos. Veo que deja una hermosa familia. Lo veo todavía haciendo sus cálculos sobre el nuevo pozo, mientras nosotros esperamos ansiosos los resultados, como padres quienes esperan la llegada del nuevo hijo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Dear Gustavo,

It was nice to read your story about Enrique Hung. I worked for Enrique and Jesus Soria in Puerto La Cruz, in the Early 1980's, Just after Meneven de-centralized exploration and moved everyone to eastern Venezuela.

At the Time Jesus Soria , who had come over from Maraven (former Shell) had just formed a petrophysics department, so Enrique served as a "mentor" to the group. We were exploring the Yucal-Placer area of Northern Guarico to find gas to replace the 30,000 bpd that they were burning in Tacoa, so they could export this to the exterior,

I can remember that we had a new guy who had just joined the group, and he thought that Enrique was a Guajiro Indian. I think that he thought this for 2-3 years, because he knew that Enrique had lived in Maracaibo and the Maracuchos always called the Guajiros "Chinitos". I was only after three years that he came up to me and asked where "El Chino" was from? When I told him he didn't believe me.
Enrique Jr. graduated with a master's degree inn geology from Rice University in the early 1990's, and wrote a very good thesis about the structural geology of Eastern Venezuela. I apologize for placing this post in the wrong location, but I was so happy to read this story about him.
I am currently working as an exploration geologist for a large company, but like everyone we like to hear stories about the early years.

Muchos Saludos,

John Reistroffer

Gustavo Coronel dijo...

Sure John. Nice to hear from you. Jesus Soria, also a good friend of mine.
I was in charge of Meneven when it was moved to Eastern venezuela. I protested that move, the way it was done and I was fired.